Ultimamente no consigo dormir bien. Los nervios se me han fijado en la espalda y ni el fisioterapeuta, ni rehabilitación me alivian. Necesito que mi tranquilidad regrese, pero el problema no soy yo, sino el mundo que está patas arriba. Tengo miedo mami, no son cuentos mágicos, estoy convencida de que las jodías dolencias del alma se afincan en los huequitos más débiles de tu cuerpo y duelen, duelen muuuucho.

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