"...El olor a café recién colado guió mis pasos. Sumergida en esa fase tonta del desperta en la que sueño y realidad se confunden, pude penetrar en el reino de la magia y observar sin ser vista. Mario y Carmen charlaban con dos tazas humeantes entre manos. Una pequeña diosa se movía entre ambos, con una energía espectacular. Mis ojos la seguían sin llegar a creer la fortuna de poner rostro, curvas y líneas a tal fantasía. Todo ser la había sentido alguna vez. Te hace vivir, te da chispa, saca lo mejor de tí. No avisa ni tiene fecha concreta de aparición. Convierte en especial el tiempo. Llena el alma de emociones.... El hechizo se rompió cuando un inoportuno estornudo salió de mi garganta...."
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